lunes, 4 de febrero de 2013

¿quien es Dios de acuerdo a la Biblia?

¿Quién es Dios de acuerdo a la Biblia?
1. Dios es Uno:

Dt. 6, 4  "Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh"

I Cor. 8, 6 "Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros"

2. Dios es Fiel y Verdadero: Salmo 117,2; Jeremías 10,10
3. Dios es Luz: 1ª Juan 1,5
4. Dios es Amor: 1ª Juan 4,8.16
5. Dios es Infinito: Jeremías 23,24; Salmo 147,5
6. Dios Conoce Todas las Cosas: 1ª Juan 3,20
7. Dios Está en Todo Lugar: Salmo 139,7-12
8. Dios es Todopoderoso: Jeremías 32,17.27
9. Dios es Incomparable: Isaías 40,13-25
10. Dios es Perfecto: 1º Reyes 8,27; Salmo 139
11. Dios es Espíritu: Juan 4,24
12. Dios es Invisible: 1ª Timoteo 1,17
13. Dios Tiene un Cuerpo Humano: Lucas 24,39; Deuteronomio 4,15-16
14. Dios no Cambia: Números 23,19; Malaquías 3,6; Santiago 1,17
15. Dios no Tiene Límites: 1º Reyes 8,27; Jeremías 23,23-24
16. Dios es Eterno: Salmo 90,2; 1ª Timoteo 1,17
17. Dios es Inescrutable: Romanos 11,33; Salmo 145,3
18. Dios es el Todopoderoso: Apocalipsis 1,8; 4,8
19. Dios es el Más Sabio: Romanos 16,27; Judas 1,25
20. Dios es el Más Santo: Isaías 6,3; Apocalipsis 4,8
21. Dios es Libre: Salmo 115,3
22. Dios es Absoluto: Isaías 44,6; Hechos 17,24-25
23. Dios Obra de Acuerdo a Su Voluntad: Efesios 1,11; Romanos 8,28
24. Dios Recibe Gloria: Romanos 8,36; Apocalipsis 4,11
25. Dios es el Más Amoroso: 1ª Juan 4,8-10
26. Dios es Misericordioso: Éxodo 34,6; Salmo 67,1; Santiago 5,11
27. Dios es Lento Para la Ira: Salmo 86,15; 2ª Pedro 3,15
28. Dios Abunda en Bondad: Salmo 31,19; 52,1; Romanos 11,22
29. Dios es Perdonador: Daniel 9,9; Efesios 1,7; Salmo 86,5
30. Dios Recompensa a Aquellos que lo Buscan a Él: Hebreos 11,6
31. Dios es Justo en Todos Sus Juicios: Nehemías 9,32-33; 2ª Tes.1,6
32. Dios Odia el Pecado: Salmo 5,5-6; Habacuc 1,13
33. Dios es el Creador: Isaías 40,12.22.26
34. Dios es Pastor: Génesis 49,24
35. Dios es Trinitario: Mateo 28,19; 2ª Corintios 13,14
36. Dios es Omnipresente y Omnisciente: Salmo 139

¿COMO ES DIOS? Esencia Física de Dios La esencia física de Dios son sus atributos, o cualidades, o perfecciones, todas ellas elevadas al infinito. Ahora bien, el tener que describir los atributos de Dios en forma separada no quita nada a la absoluta simplicidad divina, la cual –como hemos dicho-consiste en que en Dios, puro y simple Espíritu, no hay partes ni componentes.
El problema está en que asumir a Dios y explicarlo es sumamente difícil para los seres humanos, que somos limitados en saber y en lenguaje para expresar la infinita perfección de Dios. Bien dijo San Agustín (354-430), Obispo de Hipona, Doctor de la Iglesia, uno de los últimos representantes de la Patrística, que Dios no sería Dios si no fuera muchísimo mayor que la capacidad de comprensión de los seres humanos.

Todos los atributos divinos Dios los posee sin medida: todos son infinitos. Esto que parece evidente y harto conocido es muy importante de retener y de saber aplicar en nuestra vida espiritual, porque algunos en nuestro tiempo han querido destacar ciertos atributos divinos, como la Misericordia, por ejemplo, y opacar otros, como sucede con la Justicia Divina. Y uno de los más sorprendentes errores es el pretender esconder o soslayar su Omnipotencia, oponiéndola a su Bondad.

Pero ... ¿nos damos cuenta que en el Credo de los Apóstoles el único atributo de Dios que se menciona es su Omnipotencia? ¿nos damos cuenta que Dios Todopoderoso se menciona no una vez, sino dos? “Creo en Dios Padre Todopoderoso ... está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso”. Y, observemos, siempre unido a Padre. ¿Por qué? Porque la mayor muestra de la Omnipotencia Divina es la Misericordia y el poder de perdonar nuestros pecados.

No podemos adaptar la medida de los atributos divinos a nuestra conveniencia, ni quitar y poner atributos a Dios, según nuestro capricho. La esencia física de Dios no depende del conocimiento que tengamos de ésta o de nuestra aceptación, porque Dios es lo que es independientemente de nuestra ignorancia y de nuestros deseos. De allí la importancia de conocer adecuadamente los atributos divinos.

¿Qué quiere Dios de mí?

Es difícil descubrir la voluntad de Dios. Si tenemos un corazón atento sabremos leer sus mensajes. La pregunta surge en momentos clave de la propia vida: ¿qué quiere Dios de mí? En ocasiones, esa pregunta encierra un error de fondo, pues uno llega a imaginar a Dios como un rey arbitrario que ordena y dispone según sus caprichos y sin interesarle el bien de sus "súbditos". Pero Dios no actúa así: lo que busca es nuestro bien, aquello que nos permita alcanzar una vida plena, sana, justa, bella. Si nos situamos en una correcta manera de ver a Dios, podemos empezar el camino que nos permita descubrir lo que Dios quiere de cada uno. El punto de partida correcto es siempre el mismo: reconocer que Dios me ama. En otras palabras, lo primero que Dios quiere es mi propio bien, mi propia felicidad, mi propia existencia. Empezar a vivir es ya una respuesta, la más radical y profunda, a la pregunta sobre lo que Dios desea de mí. Esa es la primera voluntad de Dios para mí: que exista, que viva. Desde esa primera respuesta, podemos avanzar en la búsqueda de algo más concreto: ¿hacia dónde dirigir mis pasos para recorrer el camino que Dios ha pensado para mí? Tengo una voluntad libre. Con ella escojo el rumbo de mi vida. La nave humana avanza según las decisiones que cada uno toma cada día. Aquí se hace más intensa la búsqueda: ¿qué voy a decidir hoy? ¿Cómo reconocer aquellos actos que están de acuerdo con lo que Dios espera de mí? Para responder, contamos con muchas señales. Dos tienen un valor especial y una visibilidad muy concreta.
La primera señal arranca de la misma historia personal, del pasado y de lo que ocurre en el presente. La voluntad de Dios para mí se manifiesta en hechos, en encuentros, en lecturas, en consejos buenos. Identifico así estrellas que iluminan el camino por el que debo avanzar. Esas señales a veces son difíciles de entender. ¿Qué quiere Dios cuando empieza una enfermedad que me incapacita de golpe o poco a poco? ¿Qué me pide si a mi lado sufre un familiar que necesita continuamente ayuda? ¿Qué me ofrece tras una llamada telefónica que abre un interesante horizonte profesional? ¿Qué me diría ante la propuesta deshonesta de un "amigo" que me invita a colaborar con él en un negocio sucio? Lo que ocurre cada día da pistas, pero no siempre son suficientes. Por eso necesitamos abrirnos a la segunda gran señal de Dios: su Evangelio. Quien lo toma entre sus manos como un libro vivo, como la enseñanza y el ejemplo de Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, descubrirá todo un mundo de indicaciones, exigentes y hermosas, que nos permiten avanzar, poco a poco, hacia la vida verdadera. ¿Es difícil descubrir la voluntad de Dios? Si tenemos un corazón atento sabremos leer sus mensajes. Si los comprendemos de modo adecuado, estaremos listos para la siguiente etapa, la que rezamos en el Padrenuestro: "hágase tu voluntad". Es decir, estaremos dispuestos a aceptar todo lo que Dios nos pida. En ocasiones cuesta. Pero si reconocemos que Dios es un Padre bueno, aquello que nos propone será visto como lo que es: un camino para avanzar en el amor, una invitación a vivir un poco aquí en la tierra como viviremos, si actuamos como auténticos discípulos e hijos, eternamente en el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario